por Gary T. Panell
He oído cristianos que dicen, «Vamos a cantar alabanzas al Señor eternamente cuando llegamos al Cielo.» ¡Si usted no está un cristiano, esto probablemente no apela a usted! Sin duda, usted piensa acerca de algunos oficios religiosos que ha asistido en la iglesia o alguien ha descrito a usted. Tengo las buenas noticias para usted, esos cristianos que dicen estas cosas, aunque ellos son sinceros, son sinceramente equivocados, según la Palabra de Dios.
El Cielo nunca está descrito como un oficio religioso eterno en ningún parte en la Biblia. La verdad es, en la Biblia se utiliza la palabra «el Paraíso», para describir el Cielo. Jesús utilizó esta palabra «el Paraíso» cuando Él habló con el ladrón que moría en la cruz al lado de Él. «Luego añadió: Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar. Jesús le contestó: Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso» (San Lucas 23:42-43).
La palabra «el Paraíso» viene de la palabra griega (PARADEISOS) que significa realmente el Jardín de Edén. Los griegos obtuvieron la palabra de Persia. Un escritor llamado Jenofonte describe el Paraíso en esta manera, «Un parque abierto, cerrado contra la herida, todavía con su belleza natural intacta, con árboles majestuosos de bosque, muchos de ellos dando fruto, regado por arroyos claros, en cuyas orillas vagan manadas grandes de antílopes u oveja.» Esta descripción es interesante porque nos recuerda mucho el Jardín de Edén donde Adán y Eva vivieron. Ellos eran el primer hombre y la primera mujer que vivieron en esta tierra. La Biblia enseña que ellos fueron creados por Dios, y Él los puso en un jardín hermoso. Este Jardín se describe en algún detalle en Génesis 2:7-25.
Adán y Eva se dieron el jardín donde pueden vivir y algunas responsabilidades agradables hacer, como ocuparse del jardín. La única cosa que ellos no podrían hacer fue comer de un árbol en el centro del jardín, el árbol del conocimiento del bien y del mal. «Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. Hizo crecer también toda clase de árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal» (Génesis 2:8-9). Tal vez usted ha oído el cuento, y lo que sucedió después, ¡está usted en lo cierto!, ellos desobedecieron y fueron expulsados del jardín.
Quizás pregunte, «Qué sucedió al Jardín de Edén?» ¡Buena pregunta! Para la respuesta, lee conmigo en el Libro de Apocalipsis. Apocalipsis 2:7 dice, «¡Él que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! A los que salgan vencedores les daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.» Entonces, ahora el Jardín de Edén está en el Cielo, el mismo lugar donde Jesús dijo que Él y el ladrón, que se arrepintió, serían después que ellos murieron.
Quizás pregunte, «Qué más se puede decir acerca del Paraíso?» ¡Me alegro que usted preguntó! Escuche lo que, Salmo 16:11, dice. «Me mostrarás el camino de la vida. Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti.» Dios creó los placeres que tenemos aquí en tierra, como el sexo, comer, ver, oír, sentir, aprender, etcétera. Él tiene también algo mucho mejor para nosotros en el Paraíso. De hecho, no podemos imaginar en nuestras mentes pequeñas como estará en el Cielo, y la Biblia dice en 1 Corintios 2:9. «Pero, como se dice en la Escritura: ‘Dios ha preparado para los que lo aman cosas que nadie ha visto ni oído, y ni siquiera pensado.’» ¡Esto supera nuestras imaginaciones más delirantes!
Adán y Eva compartieron con Dios en el jardín cuando soplaba el viento de la tarde. Después que ellos escucharon las mentiras de Satanás y pecaron, esta confraternidad con su Creador se rompió. «La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas. El hombre y su mujer escucharon que Dios el Señor andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de él entre los árboles del jardín» (Génesis 3:6-8). El Pecado había separado ellos de su Creador, como pecados separan nosotros de Dios hoy. Ahora todos los descendientes de Adán y Eva nacen con el pecado en sus vidas. «Todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios» (Romanos 3:23). Nuestras buenas obras están como hojas de higuera en la vista de Dios, y no podemos cubrir nuestros pecados por nuestras buenas obras.
No podemos ir al Cielo en nuestro estado actual, porque estropearíamos el Cielo con nuestro pecado. También, seríamos miserablees en la presencia de Dios con el pecado en nuestras vidas. Hay sólo una solución a este problema. Como Dios tuvo que matar animales para Adán y Eva y cubrir su desnudez con las pieles, es lo mismo hoy. Para volver el Paraíso y la confraternidad con Dios, necesitamos una cubierta (un sacrificio). Esta cubierta es Jesús y su sangre. Él tuvo que derramar su sangre en la cruz para cubrir nuestros pecados. «Pero ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, ustedes que antes estaban lejos están cerca» (Efesios 2:13). «…revístanse ustedes del Señor Jesucristo…» (Romanos 13:14a). Si le decimos a Dios el Padre que somos pecadores y necesitamos la salvación, Él nos salvará. Entonces, cuando morimos iremos al Paraíso para pasar la eternidad con Dios.
Usted dice, «Dime más acerca de este Cielo de la Biblia.» Bueno, mira este verso en Apocalipsis 21:1, «Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y también el mar.» Dios va a crear de nuevo los planetas que son yermos y vacíos, como el mundo fue antes de Dios lo cambió. Él, sin duda, tendrá planetas que podemos visitar donde habrá cosas muy maravillosas a ver y de que podemos aprender. Quizá usted quiere esquiar. Quién sabe, quizá Dios tendrá un planeta para esquiar. Él va a crear de nuevo nuestro planeta sin el mar. Tendrá las masas de agua más pequeñas, y más espacio donde personas pueden vivir o visitar. Quizá habrá otro planeta cubierto con agua que tendrá las cosas maravillosas como están en el océano ahora o quizá criaturas nuevas, que podemos estudiar o con las que podemos jugar.
Muchas personas preguntan, «¿Habrá animales en el Cielo?» Sí, la Biblia dice mucho de los animales en la creación nueva. Ellos no nos atacarán pero serán amigos con nosotros y el uno al otro. Será como lo era cuando Adán y Eva vivieron en el Jardín de Edén. «Entonces el lobo y el cordero vivirán en paz, el tigre y el cabrito descansarán juntos, el becerro y el león crecerán uno al lado del otro, y se dejarán guiar por un niño pequeño» (Isaías 11:6). Esto habla realmente acerca del reinado milenio de Cristo en esta tierra, pero creemos será semejante en el Cielo.
Sabemos más acerca del Paraíso de Apocalipsis 21-22, y a usted le alento a leer los dos capítulos en la Biblia. Aquí están unos versiculos de estos capítulos. «Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía: “Aquí está el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir.“» ¿Vamos a tener la confraternidad con Dios eternamente? ¡Sí, alabaremos y Lo glorificaremos! ¿Vamos a cantar en un coro de iglesia para siempre? ¡No! Estar con el SEÑOR Jesucristo, que nos salvó, será especial. ¡Él nos tratará como especial, con las cosas maravillosas que Él ha preparado para nosotros, los creyentes que hemos nacido de nuevo!
Leave a Reply