por Gary T. Panell
Hay un puente entre Pasco y Kennewick en el Estado de Washington. Este puente es tan alto, que varias personas lo han usado para suicidarse. Una noche oscura y lluviosa una joven que estaba desilusionada con todo qué su vida se ofreció, se subió al barandal en el puente y se tiró a las turbias profundidades del Río Columbia. Cuando ella se cayó, una persona que pasaba la vio. El puente no es tan alto como algunos, para morir de la caída, pero usualmente la persona se ahogaría después de entrar el agua. La persona que pasaba era un buen nadador (a propósito, también un cristiano), y cuando él vio lo que la joven hizo, él supo lo que tenía que hacer. Así que se subió al barandal, tirandose en las profundidades oscuras abajo. Por milagro el encontró a la joven, ya que era noche y el río era rápido. Él la mantuvo a flote hasta que otros llegaron a ella en un barco. Cuando ellos levantaban a la joven en el barco, su salvador, agotado por su tiempo en el agua fría, se resbaló fuera del alcance de las personas en el barco, y encontró su muerte.
Él tuvo que morir para salvar a una joven que él no conocía. Al contarme esta historia mi suegro, pensé, «esto es lo qué Cristo hizo para nosotros en la cruz». Sin embargo, Él supo lo que éramos, los pecadores, pero aún murió para salvarnos.
¡La decisión más importante que usted decidirá en su vida es lo que hará para llegar al cielo! Si usted muere antes de tener la respuesta correcta de cómo ser salvado, será demasiado tarde. Hebreos 9:27 dice, “Y así como todos han de morir una sola vez y después vendrá el juicio” Quizá usted ha oído que hay un “purgatorio” donde se puede limpiar o purgar los pecados, pero esto no es enseñado en la Biblia. ¡Se puede buscar en la Biblia de cabo a rabo y no encontrará la enseñanza del purgatorio por ningún lado!
Si no hay una segunda oportunidad después de la muerte, es muy importante saber ahora cómo se puede ir al cielo. ¿Quiere arriesgarse pasar la eternidad separado de Dios para siempre? Demasiada gente escucha sólo lo que su iglesia dice en cuanto a la pregunta de cómo ir al cielo. ¿Pero, qué pasará si su iglesia está equivocada? ¿Cuándo estará ante Dios, (y todos estarán ante Dios algún día) le dirá «yo “asumí” que mi iglesia tenía la respuesta correcta»? ¿Piensa que esto satisfará a Dios? Él, sin duda, contestará, “no te di un cerebro y una alma para buscar la verdad?!” Entonces, si usted no está bien con Dios en ese momento, Él le dirá, “Apártense de mí, los que merecieron la condenación; váyanse al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” (San Mateo 25:41)
Una de las creencias más populares acerca de cómo se puede ir al cielo es el “ser una buena persona”. La Biblia dice que nadie es lo suficiente bueno para ir al cielo. “Pues las Escrituras dicen: ‘¡No hay ni uno solo que sea justo!…” (Romanos 3:10). “todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios” (Romanos 3:23). “Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios” (Efesios 2: 8-9)
Estoy tan contento que la Biblia dice: “El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor” (Romanos 6:23). ¡Si quiere pasar la eternidad con Dios, es necesario nacer de nuevo! ¿Cómo se puede nacer de nuevo? En este asunto tan importante, sólo se puede confiar en la respuesta de Jesús. “Jesús le dijo:—te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios” “No te extrañes de que te diga: ‘Todos tienen que nacer de nuevo.’” “Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna” (San Juan 3: 3, 7, 14-16).
La Biblia dice también, “Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios” (San Juan 3: 17-18)
Ahora usted tiene una elección. Puede creer en Cristo como el ladrón en la cruz al lado de Jesús, o puede ser como el otro ladrón, que no creyó. Todo el mundo está en el lado del perdido o del salvado. Usted dice, “Qué debo hacer para ser salvado?” Otra persona en la Biblia hizo esa pregunta y se le dijo, “Cree en el Señor Jesus, y obtendrás la salvación…” (Hechos 16:31a). Entonces usted necesita arrepentirse de sus pecados. “Dios pasó por alto en otros tiempos la ignorancia de la gente, pero ahora ordena a todos, en todas partes, que se vuelvan a él. Porque Dios ha fijado un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por medio de un hombre que él ha escogido; y de ello dio pruebas a todos cuando lo resucitó” (Hechos 17:30-31).
Después, usted necesitará confesar que Jesús es el SEÑOR (DIOS y el Salvador de su vida). “¿Qué es, pues, lo que dice?: ‘La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón.’ Esta palabra es el mensaje de fe que predicamos. Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se reconoce a Jesucristo para alcanzar la salvación” (Romanos 10:8-10).
¿En este momento, orará usted esta oración? «Padre Celestial, creo que Jesús, su Hijo, nació de la Santísima Virgen María, creo que su Hijo, el SEÑOR Jesucristo murió en la cruz por mis pecados. Creo que Él resucitó de entre los muertos al tercer día. En este momento, me arrepiento de mis pecados, y recibo el Señor Jesucristo como mi SEÑOR y Salvador personal.» Si usted oró esa oración, y fue sincero, Dios le oyó y Él le salvó. ¡Ahora usted sabe que está salvado!
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